Hace tiempo que esta japonesa no rasura su coño peludo, pero parece que a su pareja poco le importa. Y es que a la hora del sexo, le da igual que este depilada o no, ya que para él lo único importante es probarlo y meterle su polla hasta el fondo. Una tarde estaba con ganas de follar y acabó montando su entrepierna como una fiera, para luego abrirse de piernas y aguantar las embestidas de su hombre.