Aunque la playa estaba llena de pibones, no pudo desviar la mirada de una sexy latina que estaba encargada de las sillas. Ella se dio cuenta de como la miraba y como la grababa con su móvil, hasta empezar a hablar y a ligar de un modo descarado. Logró convencerla para que le acompañase a su habitación de hotel, hasta terminar echando un polvazo que no dudó en grabar en primera persona.