Necesitaba a una niñera o cuidadora para que vigilase mi casa y de vez en cuando, hiciese algo de limpieza. Contraté a una joven universitaria que necesitaba el dinero, pero parece que resultó ser una zorra. Y es que al volver a casa a por la cartera, me la encontré masturbándose en el sofá. En lugar de echarle la bronca, le quité las bragas y fui a por ella, hasta no poder evitar follármela y eyacular en toda su cara, mientras ella se relamía la punta de sus dedos con mi lefa.