Con sus padres fuera de casa, la hermanastra de este chico quiso sacar a pasear sus poderes de seducción, invitándole a una copa en la cocina e insinuándose sobre la encimera. La morena pronto tuvo su atención, hasta empezar a besarse y bajarse los pantalones para dejarle comerle el coño. Llevaban tiempo deseando lanzarse el uno sobre la otra y cuando al fin lo hicieron no se arrepintieron para nada.