Decidí echarme una siesta y la verdad es que estaba muy a gusto, hasta que mi novio apareció y quiso despertarme. No me hizo demasiada gracia pero ya que me había desvelado, le pedí que al menos me echase un buen polvete. Aparté mis bragas y le enseñé mi coño, hasta ponerle muy cachondo y terminar saboreando su polla en la cama. Lo que vino después fue una follada muy intensa, ya que andaba con mucha energía y tenía ganas de descargarla sobre su verga.